En esta ocasión hay un asesinato en el barrio de Flanagan. La policía
ha arrestado a un chico gitano y los payos empiezan una guerra contra los gitanos. Pero él está convencido de que el joven es inocente, así que empieza a investigar el crimen. Se dirige hacia un club llamado La Rive Gauche. Allí descubre que el señor Herrera, el muerto, había estado chantajeando a alguien. Se hace amigo de Adrián Cano, un periodista, que le ayuda en el caso. Después de unas cuantas visitas al club, descubren que el asesino podría ser un vecino del barrio llamado Sirvent. Flanagan se mete en su casa gracias a su ganzúa y descubre el arma del crimen: una pistola. La coge y vuelve a su casa. Después de inspeccionar la casa de Herrera descubre que la empresa de construcción COYDESA tenía algo que ver. Tenía razón porque los mandamases lo buscaron y le explicaron que pagaron a Sirvent para que matara a Herrera. Fue a denunciar a la policía, allí, gracias a Flanagan, ya sabían que Sirvent era el asesino, pero lo habían encontrado muerto esa mañana, asesinado por unos skins. Soltaron al chico gitano y todo volvió a la normalidad. Este libro es muy interesante porque no tienes claro lo que ocurre hasta el final.
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