Diez desconocidos entre sí son invitados, aparentemente, por diferentes personas en diferentes circunstancias a pasar un fin de semana en la Isla del Negro. Aparentemente, porque cuando llegan descubren que han sido invitadas por la misma persona: U.N.Owen, y para el mismo fin: ser asesinados a causa de supuestos crímenes que han cometido en el pasado y por los que no han sido ajusticiados. Van muriendo invitados, uno a uno siguiendo el patrón establecido por un poema infantil titulado los diez negritos. La única prioridad de los huéspedes restantes es seguir con vida y averiguar cuál de ellos es su anfitrión y asesino.
Es un libro un poco morboso, sobre todo en sus últimas páginas, pero que, aún así me ha gustado mucho porque engancha y es entretenido descubrir las peculiaridades de cada uno de los personajes.