Un señor aristócrata contrata a una institutriz para que cuide de sus jóvenes sobrinos Flora y Miles. La institutriz se muda a la enorme casa y pronto puede comprobar que sus pupilos son muy educados e inteligentes, en resumen, que era verdaderamente agradable cuidarlos y enseñarlos. El trabajo sólo tenía una pega: había fantasmas en la casa. Al principio creía que sólo los veía ella, pero muy rápido se dio cuenta de que los niños podían verlos también, pero no querían admitirlo. La institutriz estaba segura de que las almas del señor Peter Quint, antiguo sirviente y gran amigo de Miles, y la señorita Jessel, su predecesora, querían llevarse a los niños. Pero no iba a permitirlo, haría todo lo que estuviera en su mano para impedirlo, aunque eso haga mella en su fantástica relación con Flora y Miles.
Me ha gustado el libro porque se ve que la institutriz tiene una gran valentía y puede enfrentarse a todos los problemas sola.
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