Han llegado unos nuevos vecinos a la casa junto a la de Iría. Son un matrimonio muy antipático. Un día por casualidad, Iría descubre que tienen un hijo deforme encerrado en el sótano. Se llama Pasqual. Intenta salvarlo, pero él no quiere salir de allí por miedo a lo que diga la gente. Iría piensa un plan para sacarlo poco a poco del sótano en el que vive y reintegrarlo en la sociedad. Todo va muy bien, incluso se lo presenta a algunos amigos de confianza que pronto se unen al plan. Pasqual se entusiasma con la idea y el plan cada vez va a más. No pararán hasta que los demás vecinos del pueblo lo vean como una persona más.
Me ha gustado el libro porque Pasqual demuestra que aunque por fuera es un monstruo, por dentro es una persona muy buena.
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