Pablo es un niño de San Sebastián, muy tímido. Un día leyendo en los alrededores del cementerio de los ingleses (lugar donde se enterraron a los soldados británicos muertos en una guerra hacía unos 150 años), se encontró que una chica estaba frente a una de las tumbas, llorando. Al acercarse, le contó que su nombre era Virginia, que era de Inglaterra y que venía para esclarecer unos turbios sucesos que tenían que ver con la muerte de su antepasado, Wilham Turner. A Pablo le interesaba mucho la historia, así que, venciendo su timidez, decidió ayudar a Virginia en la investigación. Juntos obtienen muchas versiones sobre la muerte de Wilham, todas relacionadas con una chica de la que estaba perdidamente enamorado, Corito, su novio, Aitor, y una piedra que daba suerte, la Azula.
El libro es muy interesante porque unos niños son capaces de desenmascarar secretos bien guardados desde 150 años atrás.
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